El psicoanálisis y las discordias
por Diana Wolodarsky
"…queremos decir con eso que la explicación debe buscarse en la situación del psicoanálisis más que la de los psicoanalistas. Pues si hemos podido definir irónicamente el psicoanálisis como el tratamiento que se espera de un psicoanalista, es sin embargo ciertamente el primero el que decide de la calidad del segundo".
Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956.
Si bien el texto data del año 1956 su vigencia es insdicutible.
Se trata de la situación del psicoanálisis y de la formación del analista para responder la pregunta inicial del texto: Cómo se puede ser psicoanalista.
La ironía apunta a la conformación de las sociedades analíticas. Al confort del dormir despierto sostenido en normativas y legalidades que ofrecerían la performance de un modelo de analista, conforme a un Ideal. Grados que garantizarían un lugar respecto al saber.
De allí sus referencias exhaustivas a la función de las Suficiencias, los Zapatitos, los Bien-necesarios y las Beatitudes. Estructura asegurada que da cuenta de la estofa con la que se teje el grupo analítico sostenido en el Nombre del Padre. Modo de asegurar el no lugar a la contingencia.
Todo previsible y cuantificable, ajustable a un modelo.
Lacan ubica que Nombre del Padre y Superyó deben ser leídos como términos emparentados, en tanto atacan la condición sujeto.
Podemos suponer que en este texto de los Escritos hallamos el germen del Seminario Inexistente, las razones de la futura excomunión de la IPA y la resolución de esa salida con el Seminario XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Dará cuenta en este último de una distintiva orientación que enmarca la experiencia analítica, la operación analítica y el deseo del analista.
Situación del psicoanálisis y formación del analista es un texto dirigido a diferentes interlocutores, como bien lo señala Lacan en el epígrafe de este Escrito: Para algunos…y "a otros".
Es un Lacan que no cederá ante la invitación a dejarse seducir por el Ideal alienado a las identificaciones.
Muy por el contrario, Lacan responderá a la consistencia de la Sociedad analítica con la noción de Escuela, en tanto inconsistente.
Cómo se puede ser psicoanalista
Miller una vez más nos orienta en la respuesta desde la perspectiva lacaniana.
Debemos leer para ello La teoría de Turín.
Allí encontramos el relevo del pensamiento de Lacan en lo que hace a los cimientos del psicoanálisis y de los psicoanalistas. Una política que se rige por los fundamentos que orientan la experiencia analítica, en tanto se concibe la Escuela sujeto.
No en tanto inconsciente colectivo, sino, en tanto Escuela que demanda interpretación cuando en su affectio societatis el síntoma se pone en cruz en el camino.
Es también un relevo de la lectura freudiana de Psicología de las Masas y análisis del yo.
No es que se considere que la Escuela funciona ajena a un ideal, sería ideal pensar que no lo hay, que es eliminable. Pero aclaremos que es un ideal bajo tratamiento.
Si algo puede tornarse imperativo en la demanda sujeto Escuela, es que sean interpretadas las tendencias al grupo y que quienes los componen se desagreguen del aglutinamiento para hacer lugar a las enunciaciones. Las de la diversidad, las de las soledades que hacen lazo, las transferencias de trabajo.
Cómo se deviene psicoanalista
En Mi enseñanza, Lacan retoma la cuestión: "El fin de mi enseñanza, sería hacer psicoanalistas a la altura de esta función que se llama sujeto, porque se verifica que solo a partir de este punto de vista se comprende de qué se trata el psicoanálisis".
Esa es la finalidad que establece esta banda de Moebius, borde entre psicoanálisis y psicoanalista.
Plantea aquí Lacan la relación de contemporaneidad entre la aparición del psicoanálisis y la extención de las funciones de la ciencia, para resaltar que al sujeto lo hallamos en la dimensión del inconsciente.
La actualidad de 1956
Me permito desprender del texto de Lacan, la noción de autoridad analítica. Noción que se construye y que está íntimamente enlazada al concepto Escuela.
La autoridad analítica no es agrupable, da cuenta de lo singular. Y es con ella que se responde al modelo identificatorio que supone el ser del analista.
Esta se encarna en el uno por uno y está enlazada a la transmisión de una experiencia. Sea la de un fin de análisis (en el pase), de una posición analítica probada (en la garantía), de una formación decidida (en la admisión).
Este marco de Escuela alcanza su máxima expresión en el dispositivo del Pase y en la Escuela Una. Ambos operando a fin de asegurar mantener abierto el agujero de saber, el no-todo que distingue la Escuela. Ese rasgo que la torna femenina.
BIBLIOGRAFÍA
- Lacan, J., Escritos 2, "Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956", Siglo Veintiuno Editores, México, 1977, p.183.
- Lacan, J., El Seminario, Libro 11, "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", Paidós, Bs.AS, 1986.
- Miller, J-A., "Teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela", en Qué política para el psicoanálisis, Colección Orientación Lacaniana, EOL, 2003.
- Freud, S., "Psicología de las masas y análisis del yo" (1921), Obras completas, Vol. XVIII, Amorrortu, Bs.As., 1979.
- Lacan, J.,"Mi enseñanza", Paidós, Bs.As., 2006, p.61.