El Psicoanálisis y la Discordia de las Identificaciones

"Cascanueces" | XXVII Jornadas Anuales de la EOL
Textos de orientación

"Cascanueces"

por Irene Kuperwajs

Irene Kuperwajs

"Cascanueces" es una obra musicalizada por Tchaicovsky, basada en un cuento de Hofman, en la que una niña recibe en la noche de Navidad un cascanueces que cobra vida y la lleva a un mundo mágico, hasta que adviene el choque entre la realidad de los adultos y el mundo de la infancia.

En la experiencia analítica, podemos decir que también danzamos con discordias, con mundos de lenguas que habitan el lenguaje de un sujeto que no escapa a su división.

 

El mundo del malentendido

La idea de una lengua sin malentendidos es una ilusion.

Ferenczi escibe en 1932 "Confusion de lengua entre los adultos y el niño. El lenguaje de la ternura y de la pasión". Se refiere al choque traumático entre la "lengua de la ternura" del niño y la lengua de la pasión del adulto, causa en el psiquismo infantil de una escisión en la pretendida unidad del sujeto. Lacan retoma en "La Dirección de la cura" esta cuestión para referirse al encuentro traumático con el significante del deseo del Otro, desde un punto de vista estructural. Para Ferenczi, pasar por el análisis nos daría la chance de reparar esa división, alcanzar la original unidad. Lacan nos enseña que el malentendido, la confusión de lengua, es estructural, ineliminable. No hay relación sexual. Basta recordar la experiencia de Ferenczi, la discordia atravesó su transferencia con Freud y salpicó al movimiento analítico.

Ya lo había anticipado Freud, el saber inconsciente solo se revela en el malentendido, orientado por lo imposible. "Todos hablamos solos, por eso el malentendido es eficaz"[1]. A diferencia de Ferenczi, Lacan propone el discurso analítico y sitúa al analista en el lugar del objeto a. El análisis es una apuesta para tratar ese malentendido por el malentendido, interpretar la discordia, equivocarla, malentenderla, hasta alcanzar un saber hacer con ella.

 

Cáscaras y vestidos

Todo sujeto de la palabra es un sujeto dividido que busca colmarse por medio de las identificaciones, es por medio de ellas que un sujeto se inscribe en el lugar del Otro. No hay identidad posible del sujeto consigo mismo, nuestro ser es vacío y llama a vestirse. Las identificaciones son esos vestidos hechos de imágenes y significantes que nos hacen creer que somos idénticos a nosotros mismos. "Son un modo de fijar el ser del sujeto en su fantasma" podemos decir con Bassols [2].

 

El analista "cascanueces"

Al inicio de un análisis, el sujeto pasa de ese "yo soy asi", falsa certidumbre bajo la cual se presenta, a poder preguntarse por la causa. Las identificaciones vacilan. La interpretación del analista apunta a la desindentificación, apunta al borde de goce e impacta sobre el síntoma. Esos S1 a los cuales el sujeto se identifica, caen como las "capas de la cebolla" o para ser afines con las XXVII jornadas, caen como cáscaras de nuez, que se fragmenta, se rompe…cuando el análisis las toca.

El analista cascanueces, abre esa nuez hermética llena de sentido, penetra, tritura. Aísla pedazos que en definitiva nunca hicieron más que la ilusión de Una nuez. Al final, la "caída de las identificaciones" revela el "deser" como lo plantea Lacan en la Proposición. Pero el analista cascanueces decide caso por caso, y en algunos evalúa que tal vez es mejor no apretar demasiado fuerte las tenazas. Sabemos que hay identificaciones no standard que operan como abrochamientos fundamentales.

 

La Identidad sinthomal como "fruto" del análisis

En el transcurso de un analísis se da el advenimiento del sujeto distinto de la identificación. A partir de la desidentificación hay un retorno de la Identidad en donde podremos situar la dimensión del "sinthoma". "Identificarse a su síntoma" implica desprenderse del Otro y extraer las marcas de un decir en el Un- cuerpo. Es la identificación a lo más singular y opaco del goce del sujeto, a lo incomparable, "con cierta distancia". Se trata de una identificación sin Otro, por eso, la identidad sinthomal, como la llama Miller, fruto del análisis, sería el único reaseguro frente a la aspiración de reducir al Otro a uno mismo. Pero si bien la identidad sinthomal no es colectibizable, es con eso mismo que se tejen lazos que soporten la discordia de los discursos.

 

La Escuela, una ensalada de frutos

Pudimos ver a lo largo de la historia del psicoanálisis una "Confusión de lenguas entre los psicoanalistas"[3]. El lazo discordante entre los sujetos "hijos del malentendido" marcó las diferentes épocas en el movimiento analítico, en las transferencias. "Basta con amar para estar atrapado en esta hiancia, en esta discordia"[4] afirma Lacan en El seminario sobre "La transferencia".

La escuela es una gran ensalada de frutos "fundada en la no identidad del psicoanalista". Frutos que tienen Un cuerpo que goza, marcado por pasiones, por afectos, de los cuales el análisis le permitió separarse de los más fundamentales de su ser, pero como nos dice Laurent "No es una experiencia que apunte a la ataraxia, que permitiría "extraerse de sus pasiones"…La política de los cuerpos hablantes es sopesar el lazo indisociable que hace que el cuerpo sea tomado en lo social"[5]. Se trata entonces del lazo de cada uno a la causa analítica, despojado de las identificaciones y de las pasiones, pero no todas. A algo del grupo hay que identificarse, para no enloquecer. Sostener una política del witz, como propone Laurent en "Politica de lo unario"[6], esa que admite el significante y el sentido nuevo, no idealizado, el uno por uno que puede surgir ante la fuga de sentido, es lo único que puede salvarnos del sueño dogmático y de la trampa masificante en la que fácilmente lo institucional tiende a caer. Hacer con la contingencia de la buena manera, soportar lo heterogéneo en la parroquia, y servirse de la discordia en la cura y en la Escuela. Agregaría, es con coraje.

NOTAS

  1. Miller, Malentendido, p.28, en Charlas brasileñas, Paidos
  2. Bassols, La imposible identificacón del analista, El Caldero ..2017
  3. Cottet S., Un sexto psicoanálisis de Freud: el caso Ferenczi a partir de la Correspondance 1920-1933, Freudiana 33, 2002.
  4. Lacan, El Seminario, Libro 8, La Transferencia, Paidós, Buenos Aires, 2006, p.51
  5. Laurent E., El cuerpo hablante: Inconsciente y las marcas de goce de nuestras experiencias de goce. Entrevista a E.Laurent por M.A.Vieira
  6. Laurent E., Política de lo unario, Freudiana 80, p.60, 2017
XXVII Jornadas Anuales de la EOL