Nominación
por Aníbal Leserre
La nominación en la temporalidad del Pase implica un cierre y a la vez una apertura. Como apertura, en tanto nombrado Analista de la Escuela, designa un lugar de grado a ocupar. En este sentido podemos decir que la nominación es un “nombre propio” que da la Escuela al analizante y que, con él, testimoniará durante un periodo de tiempo sobre su singularidad. En esta lógica cabe la pregunta de si ese nombre le pertenece, en tanto, por ejemplo, implica un empuje al límite del saber, un compromiso con el bien decir. Un lugar exigente, en tanto supone hacerse cargo de la experiencia de Escuela, desde el análisis sobre lo real, de hacer algo transmisible de los puntos de dificultad cruciales de su experiencia analítica. Podemos ubicar en ese lugar, en ese “nombre propio”, lo más singular, es decir, su sinthome, ubicar lo que está por fuera de lo común, en tanto no se trata de que el nombre propio dado sea en sí mismo garantía de singularidad. Nominación que habilita a transmitir una buena historia, ya que no hay matema de lo singular y esto, en el testimonio, implica no la comprensión de la comunidad, sino los efectos que se sitúan en el instante de ver, en lo instantáneo. Efectos que pueden entrar en tensión con el refugio en lo particular que la comunidad busca como sostén en la Escuela. Testimonio que muestra el pasar de los dichos al decir, bajo el estilo de cada uno; por lo tanto, la nominación como AE designa un ejemplo, pero no en el sentido de modelo, sino, un ejemplo de construcción de un decir para tratar el goce por medio del discurso. Un ejemplo, en tanto no queda subsumido en la antinomia universal-particular, antinomia que tiene su origen en el lenguaje. Ejemplo singular que se hace valer como tal, y si esto no se cumple, no es un ejemplo.