El Psicoanálisis y la Discordia de las Identificaciones

Ni Ser ni No Ser, esa es la cuestión | XXVII Jornadas Anuales de la EOL
Pase

Ni Ser ni No Ser, esa es la cuestión

por Beatriz Udenio

Ni Ser ni No Ser, esa es la cuestión

Elijo para entrarle al tema de lo que resta de las identificaciones, un apunte sobre la elaboración que decantó acerca del ser, gracias al trabajo analítico.

La constatación de experimentar un fuera de lugar no fue para mí una cuestión de época sino de las coordenadas en que se produjo la causación subjetiva. Uno de sus nombres: "Ser" la extranjera. Involucraba un "no ser" encubierto. Es decir, instauraba el ser del no ser.

Dos momentos:

1. "No soy lo que Ud cree que soy…" – la forma de presentarme al tercer analista. La aparente falta en ser –no soy- se sutura al situar una garantía que obtiene de un ser para el Otro –lo que Ud cree que soy-, presentación que el analista capta y aloja. Así, en el análisis se fueron desprendiendo los S1 que me representaron en el campo del Otro, dándome un supuesto ser: el saber, la ejecutiva, la intrepidez en la defensa de "lo justo", poniendo al descubierto un calzar en ese Otro (in) en ese reconocimiento, de un modo "encantador". Pero también se revelaba el cimbronazo que ocurría ante la caída de ese Otro, los actings donde el sujeto se desvanecía, figurándose en el afuera del Otro (out).

Así, las identificaciones se cocinaban en esa dimensión espacial binaria: in-out. Por supuesto que es una ficción, no hay adentro-afuera para la conquista de las identificaciones, tampoco para una modificación de su uso. Se trata de una nueva lógica que excede al mero campo de lo S-I, de rasgos que se introyectan o se proyectan.

2. Entonces, ¿qué pasó a partir del final?

La constatación de una relación con el Otro que se realizaba en un borde que se dislocaba del binario, anticipó lo que me llevaría un tiempo captar: el sinthoma afín a la topología de borde. Hablé de ello en mi último testimonio como AE en ejercicio.

Desde entonces, con el pase y con el trabajo de elaboración posterior, intento poner a prueba cómo ese "No soy…" dirigido al Otro buscando el Ser, fue trabajado en el análisis hasta reducirlo a un Sí al deser –ni Soy, ni No-Soy. Entonces, en mi cotidiano, el bordear ya no es padecer de la errancia o la extranjeridad, o gozar de ella, sino que es búsqueda ética donde el Sí y el NO se desabonen de la pasión identitaria y, con suerte, demuestren el modo sinthomático que se ofrece como herramienta del sujeto y en su trabajo en la Escuela, expresión de un goce vital que, cuando se hace posible, trata con alegría lo éxtimo del que ha resultado.

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