Entre escritura y nominación: un Witz
por María Laura Errecarte

Una pregunta orienta mi recorrido: ¿En qué se funda la escritura y la relevante apuesta a escribir en el psicoanálisis de la orientación Lacaniana? Ya el poeta ha hablado de la inhibición al enfrentarse a una hoja en blanco. Pero aquí se trata de frutos y cáscaras.
J.A. Miller en el año 1997 en el marco de las Jornadas Anuales de la EOL, “El analista y sus síntomas”, propone poner a la Asociación Mundial de Psicoanálisis bajo el signo del Witz, terreno ganado a la inhibición.
Encuentro en el texto de Freud “El chiste y su relación con el inconsciente”[1], que si bien Witz se traduce como chiste, la expresión alemana es más amplia y puede ser traducida como “gracia”. Por nuestros lares se preguntaba: ¿Cuál es su gracia? En búsqueda del nombre. Entonces algo de la nominación toca el Witz.
Podemos apostar entonces a que nuestras escrituras tengan la gracia del Witz, esa gracia sostenida en un deseo que no sea anónimo. Lazo social en el que se amplifica un decir en vez de sustraerse. Acto político que va en contra de los fanatismos, y que localiza los puntos de discordia, haciendo lugar a lo más singular.
Voltaire, sostuvo su pluma como un acto político, defensor de la libertad y la tolerancia frente a los fanatismos y dogmas de su época. La construcción de su seudónimo ya nos hace gracia. Se conjugan en él combinaciones, juegos de palabras y fonemas. Un espíritu lenguajero nos hace reír.
Existen varias hipótesis acerca del seudónimo Voltaire, (quién había llegado a este mundo con el nombre de Jean Auret) desde Petit Volontaire con el que lo nombraban de niño a re–vol–tair. Hay algo de un disparate lúcido que representa tanto a él como a su obra.
JAM[2] elogia su capacidad de “hacerse el vivo”. Afirma que en “Voltaire todo es Witz, ingenio con el que se percibe el mundo. Inspirado en su escritura, “El eterno Patapouf” Miller pone en valor cuando desde la ceguera se habla de colores y a los sordos como críticos de música: “En lugar de hablar de lo que no ven, hablen, hablen de lo que escuchan es en sustancia lo que dice Lacan” y prosigue: “(...) Borges ciego habla sin vacilar de los colores, yo lo escuché. Habla de su objeto perdido, como todo el mundo, de lo que está fuera de su alcance”.
Es con ese espíritu entonces, advertidos del imposible que habita en la discordancia que nos deslizamos a escribir.
NOTAS
- Freud, S. “El chiste y su relación con el inconsciente”, Obras Completas, Tomo VIII, Amorrortu Editores, Buenos Aires, p. 11.
- www.icdeba.org.ar/template.php?file=La-movida-Zadig.html