Postmodernidad: transparencia y enigma

"¿Qué es lo postmoderno? Es saber que detrás del valor está el lugar del valor, y que este lugar es más importante que el valor en el cual creemos. En definitiva, lo que se inscribe en este lugar es contingente, puede ser esto o aquello. El efecto postmoderno por excelencia es conocer el poder del lugar, porque esto implica relativizar lo que viene a ocupar el lugar. Conocer el lugar es saber que no hay absoluto…"
Miller, J-A, Un esfuerzo de poesía, Paidós, Bs As, 2016, p.169

Un esfuerzo de poesía es la fórmula que J.- A. Miller nos propone, su invocación para hacer existir al psicoanálisis en los tiempos modernos.

Modernidad que define a partir del "¡Hay que explicarse!", imperativo que no cesa de imponer su exigencia de transparencia y reclama que todo sea calibrado en función de una "utilidad directa". Modernidad que hoy ya es post[1] por la propagación de esa ley de hierro.

El psicoanálisis es hijo de la modernidad, sabe que detrás del valor está el lugar del valor. Pero es heredero del enigma que ella vela con la transparencia; el esfuerzo de poesía supone desburocratizar, producir un decir que haga resonar la singularidad del "dicho primero", "el límite casi místico del discurso más racional…, para que reconozcamos en él el lugar donde el símbolo se sustituye a la muerte para apoderarse de la primera hinchazón de la vida"[2] y dar lugar al "valor de goce de la vida"[3].