La sesión analítica como poesía
por Cecilia Rubinetti

"Ahora bien, ¿qué significa poesía? La poesía no es asunto de talento. Cuando tiene lugar bajo la forma de una sesión analítica, poesía significa que no me preocupo por la exactitud, que no me preocupo por la concordancia de lo que digo con lo que los otros creen, ni tampoco con lo que puedo transmitirles. La sesión de análisis es un lugar donde puedo despreocuparme de la búsqueda de lo que es común".
Miller, J-A, Un esfuerzo de poesía, Paidós, Bs As, 2016, p.160.
Miller en esta ocasión se refiere a la poesía a partir del tratamiento que hace del sentido. El logro de todo decir poético consiste precisamente en su particular modo de desbrozar lo común del sentido, su modo de hacer resonar algo que lo trasciende. Cuando la poesía toma la forma de la sesión analítica, algo de un decir un poco menos común puede tener lugar.
Vivimos inmersos en la ilusión de lo común del sentido, fenómeno de creencia necesario que vela el malentendido fundamental que nos atraviesa. Lo común está siempre sostenido en las versiones del Otro que se ha armado cada quién. Convergen en ese punto el fantasma y las identificaciones. Si seguimos al detalle la clínica que se desprende de la última enseñanza de Lacan, al síntoma en su función de anudamiento, podemos incluso afirmar que lo común es precisamente aquello que se pone en cruz con la posibilidad de hacer del síntoma un instrumento. El síntoma como lo más singular de cada quién entra siempre en cortocircuito con lo común, que trabaja para sostener al Otro en su lugar.